Moverse con libertad es clave para vivir bien. Los estiramientos naturales mantienen tu cuerpo ágil y adaptable, imitando los movimientos que realizamos de forma espontánea cada día. ¡Olvídate de posturas forzadas y rígidas! Aquí te mostramos cómo trabajar la movilidad de manera funcional y en sintonía con la naturaleza.
Imita la forma en que te agachas a recoger algo del suelo.
Beneficios: Estira aductores, glúteos e isquiotibiales, aliviando la tensión en la parte baja de la espalda.
Recuerda cómo nuestros ancestros se colgaban para alcanzar lo inalcanzable.
Beneficios: Descomprime la columna, fortalece el agarre y mejora la movilidad de hombros y dorsales.
Cambia entre posturas: cruza las piernas, siéntate de 90/90 o en forma de "V", hay muchas más experiméntalas.
Beneficios: Activa y estira aductores, flexores de cadera, glúteos e isquiotibiales. Además, fortalece la musculatura estabilizadora y mejora la movilidad de caderas y rodillas.
Movimiento sin rigidez:
No busques la ejecución perfecta. Así como los árboles crecen de forma orgánica y los animales se mueven sin fórmulas predefinidas, tu cuerpo se adapta de manera natural.
Respeta tu cuerpo:
Si una postura resulta incómoda o dolorosa, ajusta el estiramiento a lo que tu cuerpo necesita en ese momento.
Flexibilidad y genética:
Recuerda que la flexibilidad varía según cada persona. La meta es mantener un rango de movimiento saludable y funcional, no competir por alcanzar extremos poco realistas.
Inteligencia del movimiento:
La verdadera flexibilidad surge de permitir que tu cuerpo se mueva de forma libre y natural, sin presiones ni comparaciones. Escucha a tu cuerpo y adapta cada estiramiento a tu comodidad.