Imagina a nuestros antepasados: sin gimnasios, sin máquinas, solo movimiento natural. Su día a día consistía en cargar cosas, transportar comida y cazar. La clave no era levantar pesos extremos, sino moverse de forma inteligente y adaptada a sus necesidades.
La mayoría no superaban los 20 kg.
2️⃣Estrategia ante lo excesivo:
Usaban herramientas para facilitar la carga.
Pedían ayuda a otros.
Decidían no cargarlo si no era imprescindible.
No se trata de hacer esfuerzos desmesurados, sino de moverse de forma continua y equilibrada.
Nuestros ancestros sabían cuándo parar.
Si algo no te sienta bien, respeta las señales de tu cuerpo.
Antes de levantar algo pesado, pregúntate:
¿Realmente necesito hacerlo o existe una forma más segura y eficiente?
Si algo es demasiado para uno solo, la solución era trabajar en grupo.
No temas pedir ayuda cuando la necesites.
Usa pesas rusas u otros elementos asimetricos:
Estas tienen un peso asimétrico que simula objetos reales y te ayuda a entrenar de forma más funcional.
Experimenta con objetos cotidianos:
Garrafas, mochilas u otros elementos del día a día son excelentes para incorporar cargas externas en tu rutina.
La gran lección😬:
No se trata de levantar lo más pesado, sino de moverte inteligentemente y sin riesgos.
La próxima vez que enfrentes algo pesado, usa la cabeza, escucha a tu cuerpo y adapta tu esfuerzo.