Nuestro cuerpo se mueve con una coordinación increíble, gracias a una serie de principios biomecánicos y patrones que trabajan en armonía para lograr movimientos seguros y eficientes. Conocer estos fenómenos te ayudará a optimizar tu rendimiento y aprovechar al máximo la fuerza y movilidad que tienes de forma natural.
¿Sabías que algunos músculos trabajan juntos de manera sorprendente?
En ejercicios complejos como la sentadilla, los cuádriceps, isquiotibiales y glúteos colaboran para estabilizar y generar fuerza, sin que se "anulen" entre sí.
Descubra por qué algunos músculos llegan a sus límites en ciertos movimientos:
Insuficiencia activa: Ocurre cuando un músculo biarticular no puede acortarse lo suficiente para generar el movimiento completo.
Insuficiencia pasiva: Se da cuando el músculo no puede alargarse para permitir el rango total del movimiento.
El secreto de una flexión y extensión fluida:
Durante el movimiento, la columna lumbar y la pelvis se coordinan para distribuir la carga y evitar lesiones. ¡Una danza interna que hace posible que te muevas con libertad!
¡Nuestros orígenes evolutivos en acción!
Reflejo de presión: Esa respuesta instintiva que ves en los bebés cuando agarran un dedo.
Reflejo de gateo: El primer paso hacia la coordinación bilateral, esencial para el desarrollo motor.
Comprende cómo se conectan y se influyen mutuamente tus extremidades:
Abierta: La parte distal se mueve libremente (por ejemplo, en un curl de bíceps).
Cerrada: La parte distal está fija, permitiendo movimientos controlados (como en una sentadilla).
Optimiza tu rendimiento: Aprovecha mejor la fuerza y movilidad de tu cuerpo.
Prevención de lesiones: Al entender cómo se coordinan tus músculos y articulaciones, podrás realizar ejercicios de forma segura.
Conexión con tu historia evolutiva: Cada reflejo y coordinación nos recuerda nuestros orígenes y la maravillosa complejidad de nuestro organismo.
El principio de Lombard explica cómo algunos músculos que cruzan dos articulaciones, como los de la pierna, pueden trabajar juntos en un movimiento sin interferir entre ellos, aunque parezca que deberían oponerse. Esto se da especialmente en ejercicios complejos donde las articulaciones necesitan estabilidad extra.
En una sentadilla, cuando te levantas desde abajo, los cuádriceps (parte delantera del muslo) extienden la rodilla, y al mismo tiempo, los isquiotibiales y el glúteo (parte trasera) extienden la cadera. Aunque los isquiotibiales también tienden a flexionar la rodilla (lo opuesto a los cuádriceps), no interrumpen la extensión total de la pierna. En lugar de “cancelarse”, ambos grupos estabilizan el movimiento y ayudan a hacer fuerza de forma coordinada para levantarte correctamente.
La insuficiencia activa y pasiva son conceptos que se aplican a los músculos biarticulares, aquellos que cruzan dos articulaciones y que, en ciertos movimientos, no pueden generar o mantener suficiente tensión para completar una acción completa.
Insuficiencia Activa
La insuficiencia activa ocurre cuando un músculo biauricular no puede acortarse lo suficiente como para producir el movimiento total en ambas articulaciones que cruza. Esto pasa porque el músculo ya está en su límite de acortamiento y no puede generar más fuerza.
Ejemplo: Cuando intentas flexionar la cadera y la rodilla al máximo, como al tratar de acercar el talón al glúteo. Los isquiotibiales (músculos en la parte posterior del muslo) no pueden acortar lo suficiente para hacerlo completamente, porque ya están trabajando intensamente para ambas articulaciones (cadera y rodilla).
Insuficiencia Pasiva
La insuficiencia pasiva ocurre cuando un músculo biauricular no puede alargarse lo suficiente para permitir el movimiento completo en ambas articulaciones que cruza. Esto sucede porque el músculo llega a su límite de estiramiento y no deja que la articulación se mueva más allá.
Ejemplo: Al extender la cadera y la rodilla completamente (como en un estiramiento de pierna), el recto femoral (parte delantera del muslo) puede limitar el movimiento completo, ya que no se puede estirar más en ambas articulaciones a la vez.
El ritmo lumbopélvico es la coordinación que ocurre entre la columna lumbar (parte baja de la espalda) y la pelvis durante movimientos de flexión y extensión, como cuando te inclinas hacia adelante para tocar los dedos de los pies o al regresar a una posición erguida.
Cómo Funciona
Durante la flexión (cuando te inclinas):
Primero se flexiona la cadera, haciendo que la pelvis rote hacia adelante.
Luego se flexiona la columna lumbar, permitiendo un rango de movimiento más amplio.
Al volver a la posición erguida (extensión):
Primero la columna lumbar se endereza, recuperando su posición inicial.
Luego la pelvis rota hacia atrás para alinear el cuerpo.
Importancia del Ritmo Lumbopélvico
Este ritmo permite que el movimiento sea más fluido y seguro, repartiendo la carga entre la columna y la cadera. Sin esta coordinación, uno de estos segmentos (columna o pelvis) podría sobrecargarse, aumentando el riesgo de lesiones.
¿Alguna vez has visto a un bebé agarrar con fuerza el dedo de alguien? Ese acto tan tierno es gracias al reflejo de presión, una habilidad que todos los humanos llevamos integrada desde que nacemos. Aunque ya no dependemos de este reflejo para sobrevivir, es una de esas maravillas que conectan nuestro cuerpo con nuestros orígenes evolutivos.
El reflejo de presión es una reacción automática de los músculos de las manos (y también de los pies) ante un estímulo táctil. Si algo roza la palma de un bebé, sus deditos se cierran instintivamente alrededor del objeto, casi como si estuvieran programados para no soltarlo. Este reflejo es una herencia de tiempos antiguos, cuando nuestros antepasados dependían de sus manos para aferrarse a su madre mientras se movían por los árboles.
¿Por qué es importante conocerlo?
Este reflejo desaparece con el tiempo, normalmente entre los 3 y 6 meses de vida, dando paso a movimientos más controlados. Sin embargo, nos recuerda que nuestra biomecánica y patrones de movimiento tienen raíces profundas y ancestrales. Además, el reflejo de presión en adultos puede aparecer en ciertas condiciones neurológicas, como en casos de lesiones cerebrales, lo que demuestra cómo los reflejos primitivos pueden "despertar" en situaciones inesperadas.
Curiosidades sobre el reflejo de presión:
Los chimpancés recién nacidos tienen un reflejo de presión más fuerte que los humanos, lo que les permite colgarse literalmente de las ramas o del pelaje de su madre.
Los reflejos primitivos, como este, son herramientas esenciales para los médicos pediatras, ya que ayudan a evaluar el desarrollo neurológico de los bebés.
Aunque ya no usamos este reflejo en nuestra vida diaria, la capacidad de agarrar cosas sigue siendo clave en nuestros movimientos naturales y en ejercicios como las dominadas o el transporte de peso.
Cada pequeño detalle de tu cuerpo, incluso los que parecen irrelevantes, tiene una historia que contar. El reflejo de presión es solo uno de los muchos ejemplos de cómo nuestra biología conserva las huellas de nuestro pasado, recordándonos que movernos y conectarnos con nuestro cuerpo es algo tan antiguo como esencial.
El reflejo de gateo es uno de esos mecanismos innatos que traemos "de fábrica". Aparece poco después del nacimiento y es clave para el desarrollo motor de los bebés. Si alguna vez te has fijado en un recién nacido tumbado boca abajo, puede que hayas notado cómo mueve sus brazos y piernas de forma alternada.
¿Para qué sirve el reflejo de gateo?
Este reflejo no es solo un gesto bonito; es el primer paso hacia la coordinación entre ambos hemisferios cerebrales. Al alternar el movimiento de los brazos y las piernas, el cuerpo está "encendiendo" conexiones entre el cerebro izquierdo y derecho. Esto es fundamental para tareas futuras como caminar, correr e incluso realizar movimientos más complejos como trepar o levantar peso.
¿Qué pasa cuando lo perdemos?
Aunque este reflejo desaparece al crecer, no significa que debamos olvidarlo. Los patrones de gateo adulto (gatear en el suelo, por ejemplo) son ejercicios que ayudan a fortalecer el core, mejorar la estabilidad y potenciar la coordinación. Si sientes que tu movilidad o equilibrio no están al 100%, volver al suelo y gatear como cuando eras niño puede ser un entrenamiento increíblemente funcional.
Cómo revivir el reflejo de gateo
Para probarlo por ti mismo:
Colócate a cuatro patas en el suelo.
Mueve una mano hacia adelante mientras llevas la pierna contraria también hacia adelante.
Repite alternando el movimiento y trata de hacerlo fluido.
Este ejercicio parece sencillo, pero te sorprenderá lo exigente que puede ser cuando lo haces de forma consciente. Así que dale una oportunidad, tu cuerpo (y tu cerebro) te lo agradecerán.
Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo se mueve en cadena cinética abierta (CCA) o cadena cinética cerrada (CCC) . La diferencia principal está en qué parte del cuerpo se mueve y cuál se mantiene fija .
Cadena cinética abierta: La parte distal (la que está más lejos del centro del cuerpo, como las manos o los pies) es la que se mueve libremente, mientras que la parte proximal (más cercana al centro, como los hombros o las caderas) permanece fija.
Cadena cinética cerrada: La parte proximal es la que se mueve y la distal está fija, apoyada en una superficie como el suelo o una barra.
Cadena Cinética Abierta (CCA) → La parte distal se mueve
Extensión de rodilla sentado: El muslo (proximal) está fijo y la pierna (distal) se mueve.
Curl de bíceps: El hombro (proximal) está quieto y el antebrazo (distal) se mueve para levantar la pesa.
Patada de glúteo en máquina: La cadera (proximal) está fija y la pierna (distal) se mueve hacia atrás.
Cadena Cinética Cerrada (CCC) → La parte proximal se mueve
Sentadilla: Los pies (distal) están fijos en el suelo y las caderas (proximal) se mueven.
Flexiones: Las manos (distal) están en el suelo y el pecho (proximal) se mueve arriba y abajo.
Dominadas: Las manos (distal) agarran la barra y el torso (proximal) se mueve hacia arriba.